Recostado
contra los muros de marfil dorado
del
laberinto de tu piel morena,
he
jugado a creer que no pasaba el tiempo,
a
amueblar castillos en el aire,
a
dibujar su silueta acristalada con la punta de mis dedos
Olvidando,
protegido en la penumbra tras la dulce venda que tú,
siempre
tú,
dejaste
caer hace años sobre mi mirada,
que el
tiempo,
Chronos
impasible,
termina
por ganarnos cada batalla.
Y así,
pequeño mío, nos hemos dejado arrastrar,
mecidos
por el tarareo monocorde
de la
más apacible de las rutinas,
Hipnotizados
por la paleta de colores imposibles,
los
colores de un loco,
que con
trazo grueso, inexperto, infantil,
pinta a
borbotones el estallido y el dolor de un amor inesperado.
Del azul
metálico del cielo de sus comienzos,
del
púrpura de sus atardeceres,
del
ocre apagado de sus eriales y desiertos,
del
bronce teñido de sangre de sus caminos alfombrados de hojas secas.
del
gris perlado de sus muros de plata,
del rojo
vivo de sus infiernos.
Melancólicos
vitalistas, escépticos apasionados,
brujos
y alquimistas,
libres
pero encarcelados,
idiotas,
enamorados.
Nos
hemos dejado arrastrar por la espuma de este mar en calma,
por el
día que lleva al día que lleva al día,
por la noche
sin estrellas, el día inacabado.
Y así,
compañero entre compañeros, hemos bailado cada paso.
Y en el
frenético baile hemos burlado a Chronos,
pirueta
a pirueta,
leves
como la risa de un niño,
sonrientes,
fugitivos,
hemos
atravesado sus barrotes de apatía,
escalado
sus muros de negro acero,
y un
pie tras el otro,
acompañados
por la melodía de nuestro silencio,
hemos
recorrido las millas de este camino.
Camino
libre,
camino
incierto,
camino
nuestro.
Por eso
no me duele ya la nostalgia
del que
extraña lo que sigue estando a su lado.
No me duele
esta eterna víspera,
este
andén de una estación,
esta maleta
llena de ropa,
esta
luz que ya se apaga,
esta
última canción.
No, no
me duele este junio con sabor a despedida,
porque
sé,
compañero
entre compañeros,
mi guardián,
mi muralla, mi santuario,
que ya
hemos ganado.
A la persona que más quiero. Tu fuego me mantendrá vivo en la larga noche
finlandesa.
Gris
No me gusta citar cosas de otros, pero bueno, ya sabes lo que dicen de la distancia, que apaga los fuegos pequeños pero aviva los grandes :D
ResponderEliminarMaravillosa frase. Te la tomo prestada para la posteridad :)
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